Existe un largo recorrido desde la Edad de Piedra hasta la mesa del Restaurante Venta Pazo, pero nuestros panaderos forman parte de una gran tradición de artesanos desde hace más de 10.000 años, desde que surgió del fuego la primera barra de pan caliente, crujiente y fragante.
Nadie sabe con seguridad cuándo se empezó a hacer pan, pero los estudiosos creen que probablemente fue algo accidental: alguien en una caverna dejó una mezcla de agua y pasta de trigo al aire, esta atrajo algunas esporas de levadura que vuelan libremente, y el calor del sol la horneó. Y así comenzó esta historia de amor entre el pan y la gente que dura hasta nuestros días.
Sin embargo, es fascinante la cantidad de tecnología y los siglos de experimentación que se necesitaron para pasar de los primeros panes planos simples al pan que hoy servimos en nuestros restaurantes. Estas son las herramientas, improvisadas a lo largo de los milenios, que los panaderos ponen en cada hogaza de pan:
Trigo. El grano de trigo no pudo usarse para elaborar pan hasta alrededor del año 8.000 a.C., cuando los granjeros hicieron un poco de “ingeniería genética”, desarrollando variedades de trigo cuyas cáscaras se podían quitar sin calentar.
Molienda. Para producir pan se necesita una harina fina y consistente. El culmen de la tecnología en la antigüedad era golpear el trigo con rocas. Más tarde fue un mortero y, alrededor del 800 a.C. se usó un molino que utilizaba piedras planas y giratorias para moler el trigo. Los molinillos de acero se inventaron en 1865, dándonos harinas ultra refinadas que hacen posibles pasteles y tortas.
Levadura. Los panaderos antiguos hacían la masa y esperaban a que apareciera la levadura para que la masa subiera. Años después, guardaban un poco de masa con levadura de un lote anterior y la mezclaban con la siguiente, creando lo que ahora se conoce como “masa madre”. Pero no fue hasta finales del siglo XVIII cuando se creó la levadura preparada para uso comercial.
Hornos. Los primeros hornos de arcilla, alimentados por fuegos de leña, aparecieron en Asia central alrededor del 5.000 a.C.
La fabricación de pan es tan antigua como el cultivo de granos y es una parte clave del ascenso de la civilización. Hasta el día de hoy, el pan está atado a nuestra cultura. Es un símbolo de nuestras tradiciones, es reconfortante y realmente sabe bien.
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