La carne roja es una gran fuente de proteína pura y vitaminas del grupo B, y ha sido una parte muy importante dentro de la dieta del ser humano.
Consideramos carne roja la carne de algunos mamíferos:
- Ovino
- Bovino
- Porcino (solo adultos)
- Equino
La carne roja es un alimento indispensable para todos aquellos que siguen la dieta paleo, en la cual las elecciones de alimentos se basan en todas aquellas opciones que habrían estado disponibles para nuestros antiguos ancestros del Paleolítico.
Los seguidores de una dieta paleo a menudo tratarán de buscar alimentos que no estén procesados y donde los animales hayan sido alimentados con una dieta natural.
Consumo recomendado de carne roja
La OMS (Organización Mundial de la Salud) aconseja consumir 90 gramos o menos de carne roja al día. Una cortada fina de carne de cerdo, cordero o ternera del tamaño de una rebanada de pan equivale a unos 30 gramos de carne.
Los beneficios para la salud de la carne roja
La carne roja es una fuente rica de proteínas, grasas saturadas, hierro, zinc y vitaminas del grupo B.
El hierro es necesario para ayudar a los glóbulos rojos a transportar el oxígeno a nuestras células. Las carencias de hierro son más frecuentes en niños, ancianos y mujeres embarazadas.
El hierro también se encuentra en las hojas verdes de las plantas, legumbres y cereales, pero es a través de la carne roja como mejor es absorbida por nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo necesita el zinc para poder sintetizar el ADN y para ayudar al sistema inmune a funcionar de forma efectiva.
Encontramos también el zinc en el pescado, cereales, huevos y legumbres. Sin embargo, es a través de la carne y del pescado como mejor es absorbido el zinc por nuestro cuerpo.
Las vitaminas del grupo B que más abundan en la carne roja son la vitamina B6 y la vitamina B12. La vitamina B6 es beneficiosa para el sistema inmune y la vitamina B12 es beneficiosa para fortalecer el sistema nervioso.
Peligros de la carne roja
El consumo de carne roja ha sido relacionado con el aumento de enfermedades cardiovasculares, cáncer de colon y diabetes tipo 2. La conexión es aún mayor si se trata de carnes procesadas.
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