Estamos a dos días del Domingo de Ramos, el inicio de la semana grande de Sevilla. La Semana Santa trae con ella una tradición gastronómica de siglos, con la que agasajamos a propios y extraños en estas fechas tan nuestras, tan llenas de viajeros de todas partes del globo. ¿Nos acompañas en nuestro paseo por la tradición?
El bacalao, rey de los platos
La Semana Santa es una fiesta religiosa, por lo cual la tradición gastronómica se amolda a las normas y tradiciones de la religión de la cual viene. Desde la cuaresma, periodo de tiempo en el que se debe dejar de comer carne por imposición eclesiástica, cobran mucha importancia el pescado y las legumbres, y sin duda las recetas más conocidas son las que incorporan el bacalao.
El bacalao se prepara de diferentes formas, aunque las más conocidas son los guisos, como el guiso de patatas y bacalao o el muy conocido potaje de cuaresma.
En este potaje el protagonista es el bacalao de salazón, que se pone a remojo el día anterior para quitar el exceso de sal. Este potaje se elabora con garbanzos, judía blanca, espinacas, cebolla, ajos, pimentón y aceite.
Los postres de Semana Santa
Si hay unos platos que en realidad aparecen con nuestra Semana Santa, desapareciendo al final del domingo de Resurrección, son los postres típicos de la fecha. El más conocido de ellos es la torrija, con una base de pan frito bañado en leche y miel. Sin embargo, no es el único postre de Semana Santa y viene acompañado por pestiños, buñuelos de viento o huesos de santo.
Sin embargo, los visitantes no tienen por qué quedarse en los platos típicos de la fecha. En nuestro restaurante disponemos de una oferta gastronómica sin parangón, donde los platos como el pisto, la sopa de picadillo, el pollo con champiñones o las berenjenas con queso y miel harán las delicias de cualquier paladar.
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